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El Futurismo Filippo Tommaso Marinetti




El Futurismo
Filippo Tommaso Marinetti


Habíamos velado insomnes toda la noche—mis amigos y yo—bajo los lampadarios de cobre en cuyas cúpulas lucía como en nuestro espíritu un corazón eléctrico, Aherrojada nuestra pereza, discutíamos en los confines extremos de la lógica y preñábamos cuartillas y cuartillas con frenética exaltación.
Un inmenso orgullo nos hinchaba el pecho y nos sentíamos erguidos y solos como faros o como centinelas en la avanzada, de frente al ejército estelar nuestro enemigo, acampado en su vivac celeste. Solos con los fogoneros en las entrañas fulmíneas de los grandes navíos, solos con los negros fantasmas que se abaten en el vientre rojo, incendiado, de las histéricas locomotoras, solos con esos seres embriagados que pegan con sus alas en los muros.
Cuando de pronto, bruscamente nos ha distraído el rodar de los enormes tranvías de doble piso que pasan sonantes, con sobresalto, rebosando luz, semejando un caserío en plena fiesta, al que el Po, desbordado, musculoso, exterminará de pronto para arrastrarlo después en el remolino y en las marejadas de un diluvio, hasta el mar.
Después el silencio se ha apagado. Se ha percibido sólo la oración extenuada del viejo canal y el rechinar de los huesos de los viejos palacios, moribundos bajo el bello húmedo y verde de su fachada y de sus losas.
—¡Vamos!—dije a mis amigos—¡Partamos! Al fin la Mitología y el Ideal místico han sido sobrepujados. Vamos a asistir al nacimiento del Centauro y veremos volar los primeros Ángeles.
¡Es necesario abatir forzadamente las puertas de la vida para probar sus goznes y sus cerrojos! ¡Partamos! He aquí el primer sol elevándose sobre la tierra... Nada iguala el esplendor de su roja espada, esgrimida por primera vez en nuestras tinieblas milenarias. Nos acercamos a las tres máquinas jadeantes para persuadir su corazón.
Yo me alargué sobre la mía como un cadáver en su ataúd, pero resucité en seguida bajo el volante—cuchilla de guillotina—que amenazaba mi estómago.
La gran escoba de la locura nos arrancó a nosotros mismos lanzándonos a través de las avenidas más escarpadas y profundas como torrentes deshechos. Aquí y acullá luces sórdidas, nos querían enseñar el desprecio a la falaz matemática de nuestras concepciones.
—El olfato—gritábales—el olfato les basta a las fieras.
Cazamos, como jóvenes leones a la Muerte de negro pelaje manchado de pálidas cruces, cuando se nos apareció viva y posesa, sobre el vasto cielo violáceo.
¡Oh! ¡Qué bien! ¡Ya no teníamos ninguna Señora ideal, de esas altas hasta las nubes, ni ninguna reina cruel a quien ofrecer nuestros cadáveres a guisa de anillos bizantinos!
¡No teníamos ninguna predilección por la muerte, a no ser el deseo de desembarazarnos de nuestro pesado y recio coraje!
Seguimos arrasando todos los perros guardianes, aplastándoles bajo los neumáticos, enrollándoles, como a los cuellos postizos una plancha.
La muerte acariciante y servil se me adelantaba a cada paso y en todos los recodos, ofreciéndome galantemente la pata. Se tendía sobre el camino con un ruido de huesos dislocados y estridentes, y me lanzaba miradas aterciopeladas desde el fondo de sus cuencas.
—Abandonemos la sabiduría—exclamé de nuevo—como ganga inútil v perjudicial! ¡Invadamos como un fruto cimentado de orgullo y de entereza, las fauces inmensas del viento! 
¡Démonos a comer a lo desconocido no por desesperación, sino simplemente para enriquecer los insondables reservorios del absurdo!
Después de decir esas palabras viré bruscamente sobre mi mismo con la fiebre loca, desposeída, de los perros que se muerden la cola, cuando he aquí que dos ciclistas comienzan a discutirme con razonamientos persuasivos y contradictorios. ¡Su dilema lanzado sobre mi terreno! ¡Qué fastidio! ¡Puah! Corté por lo sano, y hastiado... ¡Paf!... me arrojé de cabeza a un foso...
¡Oh! ¡Maternal foso medio lleno de agua fangosa! ¡Foso de fábrica! ¡Yo he saboreado glotonamente tu lodo fortificante que me recuerda las mamas negras de mi nodriza sudanesa.
Así, arrojado mi cuerpo mal oliente y fangoso, he sentido a la espada roja de la alegría atravesarme deliciosamente el corazón.
Una turba de pescadores de caña y de naturalistas podagreux se reunieron espantados alrededor del prodigio. Con un espíritu cazurro y relapso, procuraron por todos los medios, valiéndose de unos grandes arpones de hierro, pescar mi automóvil, parecido a un gran tiburón estancado.
Entonces surgió otra vez de la fosa abandonando su pesada carga de buen sentido y su mórbido y confortable enguatado.
Se le hubiera creído muerto, a mi buen tiburón, pero con solo una caricia sobre su lomo todopoderoso ha resucitado y hele ya corriendo con toda velocidad sobre sus aletas.
Entonces, al fin, el rostro cubierto del cieno de las fábricas, lleno de escorias de metal, de sudores inútiles y de hollín celeste, llevando los brazos en cabestrillo, entre el lamento de los pescadores con cana y de los naturalistas afligidos, dictamos nuestras primeras voluntades a todos los hombres vivientes de la tierra.

I. Queremos cantar el amor al peligro, a la fuerza y a la temeridad.
II. Los elementos capitales de nuestra poesía, serán el coraje, la audacia y la rebelión.
III. Contrastando con la literatura que ha magnificado hasta hoy la inmovilidad de pensamiento, el éxtasis y el sueño, nosotros vamos a glorificar el movimiento agresivo, el insomnio febriciente, el paso gimnástico, el salto arriesgado, las bofetadas y el puñetazo.
IV. Declaramos que el esplendor del mundo se ha enriquecido de una belleza nueva: la belleza de la velocidad. Un automóvil de carrera con su vientre ornado de gruesas tuberías, parecidas a serpientes de aliento explosivo y furioso... un automóvil que parece correr sobre metralla, es más hermoso que la Victoria de Samotrhacia.
V. Queremos cantar al hombre que es dueño del volante cuyo eje ideal atraviesa la Tierra lanzada sobre el circuito de su órbita.
Vl. Es necesario que el poeta se desviva, con ardor, con fuego, con prodigalidad por aumentar el fervor entusiasta de los elementos primordiales, su ignición.
Vll. No hay belleza más que en la lucha. No debe admitirse un jefe de escuela si no tiene un carácter recalcitrantemente violento. La poesía debe ser un asalto agresivo contra las fuerzas anónimas y desconocidas para hacerlas que se inclinen ante el hombre.
VlIl. ¡Estamos sobre el promontorio extremo de los siglos! ¿A qué mirar detrás de nosotros, que es como ahondar en la misteriosa alforja de lo imposible? El Tiempo y el Espacio han muerto. Vivimos ya en el Absoluto, puesto que hemos creado la celeridad omnipresente.
IX. Queremos glorificar la guerra—única higiene del mundo—el militarismo, el patriotismo, el gesto destructor de los anarquistas, las bellas ideas que matan y el desprecio a la mujer.
X. Queremos demoler los museos, las bibliotecas, combatir el moralismo, el feminismo y todas las cobardías oportunistas y utilitarias
XI. Cantaremos a las grandes muchedumbres agitadas por el trabajo, el placer o la rebeldía, las resacas multicolores y polífonas de las revoluciones en las capitales modernas: la vibración nocturna de los arsenales y de los almacenes bajo sus violentas lunas eléctricas, las estaciones ahitas, pobladas de serpientes atezadas y humosas, las fábricas suspendidas de las nubes por el bramante de sus chimeneas; los puentes parecidos al salto de un gigante sobre la cuchillería diabólica y mortal de los ríos, los barcos aventureros olfateando siempre el horizonte, las locomotivas en su gran chiquero, que piafan sobre los railes, bridadas por largos tubos fatalizados, y el vuelo alto de los aeroplanos, en los que la hélice tiene chasquidos de banderolas y de salvas de aplausos, salvas calurosas de cien muchedumbres.
Lanzamos en Italia este manifiesto de heroica violencia y de incendiarios incentivos, porque queremos librarla de su gangrena de profesores, arqueólogos y cicerones.
Italia ha sido durante mucho tiempo el mercado de los chalanes. Queremos librarla de los innumerables museos que la cubren de innumerables cementerios.
¡Museos, cementerios! ¡Tan idénticos en su siniestro acodamiento de cuerpos que no se distinguen! Dormitorios públicos donde se duerme siempre junto a seres odiados o desconocidos. Ferocidad recíproca de pintores y escultores matándose a golpes de línea y de color en el mismo museo.
¡Que se les haga una visita cada año como quien va a visitar a sus muertos llegaremos a justificarlo!... ¡Que se depositen flores una vez por año a los pies de la Joconda también lo concebimos!... ¡Pero ir a pasear cotidianamente a los museos, nuestras tristezas, nuestras frágiles decepciones, nuestra cólera o nuestra inquietud, no lo admitimos!

¿Queréis emponzoñaros? ¿Queréis podridos? ¿Qué podéis encontrar en un anciano cuadro si no es la contorsión penosa del artista esforzándose por romper las barreras infranqueables de su deseo de expresar enteramente su sueño?
Admirar una vieja obra de arte es verter nuestra sensibilidad en una urna funeraria en lugar de emplearla más allá en un derrotero inaudito, en violentas empresas de creación y acción. ¿Queréis malvender así vuestras mejores fuerzas en una admiración inútil del pasado de la que saldréis aciagamente consumidos, achicados y pateados?
En verdad que la frecuentación cotidiana de los museos, de las bibliotecas y de las academias (¡esos cementerios de esfuerzos perdidos, esos calvarios de sueños crucificados, esos registros de impetuosidades rotas...!) es para los artistas lo que la tutela prolongada de los parientes para los jóvenes de inteligencia, esfervecidos de talento y de voluntad.
Sin embargo, para los moribundos, para los inválidos y para los prisioneros, puede ser bálsamo de sus heridas el admirable pasado, ya que el porvenir les está prohibido. ¡Pero nosotros no, no le queremos, nosotros los jóvenes, los fuertes y los vivientes futuristas!
¡Con nosotros vienen los buenos incendiarios con los dedos carbonizados! ¡Heles aquí! ¡Heles aquí! ¡Prended fuego en las estanterías de las bibliotecas! ¡Desarraigad el curso de los canales para inundar los sótanos de los museos! ¡Oh! ¡Que naden a la deriva los cuadros gloriosos! ¡Sean nuestros los azadones y los martillos! ¡Minemos los cimientos de las ciudades venerables!...
Los más viejos entre nosotros no tienen todavía treinta años; por eso nos resta todavía toda una década para cumplir nuestro programa. ¡Cuando tengamos cuarenta años que otros más jóvenes y más videntes nos arrojen al desván como manuscritos inútiles!...Vendrán contra nosotros de muy lejos, de todas partes, saltando sobre la ligera cadencia de sus primeros poemas, agarrando el aire con sus dedos ganchudos, y respirando a las puertas de las Academias el buen olor de nuestros espíritus podridos, va destinados a las sórdidas catacumbas de las bibliotecas!...
Pero no, nosotros no iremos nunca allá. Los nuevos adelantos nos encontrarán al fin, una noche de invierno, en plena campiña, bajo un doliente tinglado combatido por la lluvia, acurrucados cerca de nuestros aeroplanos trepidantes, en acción de calentarnos las manos en la fogata miserable que nutrirán nuestros libros de hoy ardiendo alegremente bajo el vuelo luminoso de sus imágenes.
Se amotinarán alrededor de nosotros, desbordando despecho, exasperados por nuestro coraje infatigable, y se lanzarán a matarnos con tanto más denuedo y odio, cuanto mayores sean la admiración y el amor que nos tengan en sus entrañas.
Y la fuerte y sana injusticia estallará rabiosamente en sus ojos. Y estará bien. Porque el arte no puede ser más que violencia, injusticia y crueldad.
Los más viejos de entre nosotros no tenemos aún treinta años, y por lo tanto hemos despilfarrado ya grandes tesoros de amor, de fuerza, de coraje y de dura voluntad, con precipitación, con delirio, sin cuenta, sin perder el aliento, a manos llenas.
¡Miradnos! ¡No estamos sofocados! ¡Nuestro corazón no siente la más ligera fatiga! ¡Está nutrido de fuego, de valor y de velocidad! ¿Esto os asombra? ¡Es que vosotros no os acordáis de haber vencido nunca!
En pie sobre la cima del mundo arrojamos nuestro reto a las estrellas!
¿Vuestras objeciones? ¡Basta! ¡Basta! ¡Las conocemos! ¡Son las consabidas! ¡Pero estamos bien cerciorados de lo que nuestra bella y falsa inteligencia nos afirma!
–Nosotros no somos–decís–más que el resumen y la prolongación de nuestros antepasados.

¡Puede ser! ¡Sea! ¿Y qué importa? ¡Es que nosotros no queremos escuchar! ¡Guardaros de repetir vuestras infames palabras! ¡Levantad, más bien, la cabeza!
¡En pie sobre la cima del mundo lanzamos una vez más el reto a las estrellas!

Manifiesto técnico de la literatura futurista
Sentado sobre el depósito de gasolina de un aeroplano, con el vientre caliente por la cabeza del aviador, sentí la ridícula inutilidad de la vieja sintaxis heredada de Homero. ¡Violenta necesidad de liberar las palabras, sacándolas de la prisión del periodo latino! Naturalmente, como todo imbécil, tiene una cabeza previsora, un vientre, dos piernas y dos pies planos, pero jamás tendrá dos alas. ¡Apenas lo necesario para caminar, para correr algunos instantes y pararse casi en seguida resoplando!...
He aquí lo que me dijo la remolinante hélice, mientras volaba a doscientos metros sobre las poderosas chimeneas de Milán. Y la hélice añadió:
1 .- Es necesario destruir la sintaxis, disponiendo los sustantivos al azar, tal como nacen.
2.- Se debe usar el verbo en infinitivo para que se adapte elásticamente al sustantivo y no lo someta al yo del escritor que observa o imagina. El verbo en infinitivo puede sólo dar el sentido de la continuidad de la vida y la elasticidad de la intuición que la percibe.
3.- Se debe abolir el adjetivo para que el sustantivo desnudo conserve su color esencial. El adjetivo, que tiene en si mismo un carácter matizador, es incompatible con nuestra visión dinámica, porque supone una pausa, una meditación.
4.- Todo sustantivo debe tener su doble, es decir el sustantivo debe ir seguido, sin conjunción, de otro sustantivo al que está ligado por analogía. Ejemplo: hombre-torpedero, mujer-golfo, multitud-resaca, plaza-embudo, puerta-grifo.
Como la velocidad aérea ha multiplicado nuestro conocimiento del mundo, la percepción por analogía se hace mucho más natural para el hombre. Por lo tanto hay que suprimir el como, el cual, el así, el parecido a. Mejor aún, hay que fundir directamente el objeto con la imagen que evoca, dando la imagen abreviada mediante una sola palabra esencial.
5.- Abolir también la puntuación. Al suprimirse los adjetivos, los adverbios y las conjunciones, la puntuación queda lógicamente anulada, en la continuidad variada de un estilo vivo que se crea por si mismo sin las pausas absurdas de las comas y los puntos. Para acentuar ciertos movimientos e indicar sus direcciones se emplearán signos matemáticos: + - x = ( ) y signos musicales.
6.- Los escritores se han entregado hasta ahora a la analogía inmediata. Han comparado, por ejemplo, el animal al hombre o a otro animal, lo que casi equivale, más o menos, a una especie de fotografía. Han comparado por ejemplo un fox-terrier a un pequeñísimo pura sangre. Otros, más avanzados, podrían comparar ese mismo fox-terrier trepidante a una pequeña máquina Morse. En cambio yo lo comparo con el agua hirviendo. Hay en ellos una gradación de analogías cada vez más amplias y unas relaciones cada vez más profundas y sólidas, aunque muy distantes.
La analogía no es más que el amor profundo que une las cosas distantes, -aparentemente diversas y hostiles. Sólo por medio de analogías amplísimas se logrará un estilo orquestal, al mismo tiempo policromo, polifónico y polimorfo capaz de contener la vida de la materia.
Cuando en mi Batalla de Trípoli he comparado una trinchera erizada de bayonetas a una orquesta, una ametralladora a una mujer fatal, he introducido intuitivamente una gran parte del universo en un breve episodio de batalla africana.
Las imágenes no son flores para escoger y recoger con parsimonia, como decía Voltaire. Ellas constituyen la sangre misma de la poesía. La poesía debe ser una serie ininterrumpida de imágenes nuevas, sin las cuales no es más que anemia y clorosis.
Cuanto más amplias relaciones contengan las imágenes, más tiempo conservarán su fuerza de sorpresa. Es necesario, dicen, no fatigar la admiración del lector. ¡Vamos! Curémonos, más bien, de la fatal corrosión del tiempo que destruye no solamente el valor expresivo de una obra maestra sino además su fuerza de asombro. ¿Nuestros oídos demasiado entusiastas no han destruido a Beethoven y Wagner? Por lo tanto hay que eliminar de la lengua todo lo que ella contiene de imágenes-cliché, metáforas descoloridas, es decir, casi todo.
7.- No existen categorías de imágenes, nobles o groseras, elegantes o vulgares, excéntricas o naturales. La intuición que las percibe no tiene preferencias ni prejuicios. El estilo analógico es, por lo tanto, el dueño absoluto de toda la materia y de su intensa vida.
8.- Para representar los movimientos sucesivos de un objeto es necesario ofrecer la cadena de las analogías que éste evoca, cada una condensada, recogida, en una palabra esencial.
He aquí un ejemplo expresivo de una cadena de analogías todavía ocultas y sobrecargadas por la sintaxis tradicional:
¡Claro que sí!, usted es, pequeña ametralladora, una mujer encantadora, y siniestra, y divina, al volante de un invisible cien-caballos que ruge con explosiva impaciencia. ¡Oh! ¡Dentro de poco os arrojaréis al circuito de la muerte, hacia el vuelco aplastante o la victoria!... ¿Quiere que le escriba unos madrigales plenos de gracia y de color? A vuestra elección, señora... Usted me recuerda a un tribano gesticulante caya lengua elocuente, infatigable, golpea el corazón de los oyentes en círculo, emocionados... Sois, en este momento, una perforadora todopoderosa que atraviesa en redondo el cráneo demasiado duro de esta noche obstinada... Sois, también, un laminador, un tornillo eléctrico y ¿qué más? Un gran soplete oxhídrico que quema, cincela y funde poco a poco las puntas metálicas de las últimas estrellas!... ("Batalla de Trípoli").
En algunos casos será necesario enlazar las imágenes de dos en dos como balas enramadas que en su vuelo arrancan a todo un grupo de árboles. Para envolver y atrapar todo lo que hay de más huidizo e imperceptible en la materia es necesario formar tupidas redes de imágenes o analogías que se lanzarán al mar misterioso de los fenómenos. Salvo la forma tradicional, esta frase de mi Mafarka el futurista es un claro ejemplo de una tupida red de imágenes:
Toda la acre dulzura de su juventud subía por la garganta, como desde los patios de las escuelas remontan los gritos alegres de los niños hacia sus viejos maestros inclinados en los pretiles de las terrazas desde donde se ve alejarse a los barcos en la mar...
He aquí otras tres redes de imágenes:
Alrededor del pozo de la Bumeliana, bajo los olivares frondosos, tres camellos, confortablemente recostados en la arena, se relamían de alegría como viejas goteras de piedra mezclando el chac-chac de sus escupitajos con el golpear regular de la bomba a vapor que abastece a la ciudad. Estridencias y disonancias futuristas en la orquesta profunda de las trincheras de hoyos sinuosos y cantinas sonoras, entre el vaivén de las bayonetas, arcos de violines que la roja batuta del poniente inflama de entusiasmo... Es el poniente-director de orquesta quien con un gesto amplio recoge las pautas esparcidas por los pájaros en los árboles y las arpas quejumbrosas de los insectos y el crujido de las ramas y el rechinamiento de las piedras. Él es quien para en seco los tímpanos de las gamelas y de los fusiles entrechocados para dejar cantar a plena voz sobre la orquesta de los instrumentos en sordina a todas las estrellas vestidas de oro, rectas, los brazos abiertos sobre la rampa del cielo. Y una gran dama presencia el espectáculo... Ampliamente descotado, el desierto estacionario pone de relieve su seno inmenso de curvas limadas, todas barnizadas de colorete rozado bajo las gemas ruinosas de la pródiga noche ("Batalla de Trípoli").
9.- Teniendo en cuenta que toda clase de orden es fatalmente un producto de la inteligencia cauta y reservada, es necesario orquestar las imágenes disponiéndolas según un máximo de desorden.
10.- Destruir en la literatura el "yo", es decir toda la psicología. El hombre completamente deteriorado por la biblioteca y el museo, sometido a una lógica y a una sabiduría espantosa, ya no ofrece ningún interés. Por lo tanto debemos eliminarlo de la literatura y sustituirlo finalmente por la materia cuya esencia se debe alcanzar a golpes de intuición, cosa que no podrán hacer jamás los físicos ni los químicos.
Descubrir a través de los objetos en libertad y los motores caprichosos la respiración, la sensibilidad y los instintos de los metales, de las piedras, de la madera, etc. Sustituir la psicología del hombre, ya agotada, por la obsesión lírica de la materia.

Protegeos de atribuir sentimientos humanos a la materia, adivinad sobre todo sus diferentes impulsos directivos, sus fuerzas de comprensión, de dilatación, de cohesión y de disgregación, sus riadas de moléculas en masa o sus torbellinos de electrones. No se trata de expresar los dramas de la materia humanizada. Es la solidez de una plancha de acero la que nos interesa por si misma; es decir, la alianza incomprensible e inhumana de sus moléculas y de sus electrones, que se oponen por ejemplo a la penetración de un obús. El calor de un pedazo de hierro o de madera es para nosotros en lo sucesivo más apasionante que la sonrisa o las lágrimas de una mujer.
Queremos expresar en literatura la vida del motor, nuevo animal instintivo cuyo instinto general conoceremos cuando conozcamos los instintos de las diferentes fuerzas que lo componen.
Nada es más interesante para un poeta futurista que la agitación del teclado de un piano mecánico. El cinematógrafo nos ofrece la danza de un objeto que se divide y se recompone sin la intervención humana. También nos ofrece el impulso hacia atrás de un nadador cuyos pies salen del mar y rebotan violentamente por el trampolín. Finalmente, nos ofrece la carrera de un hombre a 200 kilómetros por hora. Son otros tantos movimientos de la materia fuera de las leyes de la inteligencia y por consiguiente de una esencia más significativa.
Además es necesario representar el peso (facultad de vuelo) y el olor (facultad de esparcimiento) de los objetos, cosa que ha sido descuidada hasta ahora en literatura. Esforzarse en restituir, por ejemplo, el paisaje de olores que percibe un perro. Escuchar los motores y reproducir sus disertaciones.
La materia siempre ha sido contemplada por un yo distraído, frío, demasiado preocupado de si mismo, lleno de prejuicios de sabiduría y de obsesiones humanas.
El hombre tiende a manchar con su joven alegría o con su viejo dolor a la materia, que posee una admirable continuidad de impulso hacia un mayor ardor, un mayor movimiento, una mayor subdivisión de si misma. La materia no es ni triste ni alegre. Tiene por esencia el coraje, la voluntad y la fuerza absoluta. Pertenece entera al poeta adivinador que sepa liberarse de la sintaxis tradicional, pesada, estrecha, pegada al suelo, sin brazos y sin alas, porque ella es solamente inteligente. Sólo el poeta asintáctico y de palabras desligadas podrá penetrar en la esencia de la materia y destruir la sorda hostilidad que la separa de nosotros.
El periodo latino que nos ha servido hasta ahora era un gesto pretencioso con el que la inteligencia arrogante y miope se esforzaba por dominar la vida multiforme y misteriosa de la materia. El periodo latino había por lo tanto nacido muerto.
Las intuiciones profundas de la materia, unidas una a la otra, palabra por palabra, siguiendo su nacimiento ilógico, nos ofrecerán las líneas generales de una psicología intuitiva de la materia. Ella se rebeló a mi espíritu desde lo alto de un aeroplano. Mirando los objetos desde un nuevo punto de vista, no más de cara o de espaldas, sino a pico, es decir, en síntesis, he podido romper las viejas trabas lógicas y los hilos de plomo de la comprensión antigua.
Todos vosotros, los que me habéis amado y seguido hasta aquí, poetas futuristas, seréis como yo, frenéticos constructores de imágenes y valientes exploradores de analogías. Pero vuestras tupidas redes de metáforas están desafortunadamente muy sobrecargadas del plomo de la lógica. Os aconsejo aligerarlas para que vuestro gesto inmensificado pueda lanzarlas lejos, desplegadas sobre un océano más amplio.
Inventaremos juntos lo que yo llamo la imaginación sin hilos. Alcanzaremos un día un arte aún más esencial cuando nos atrevamos a suprimir todos los primeros términos de nuestras analogías, para no ofrecer nada más que la continuación ininterrumpida de segundos términos. Será necesario, para ello, renunciar a ser comprendidos. El ser comprendidos no es necesario. Por otra parte, no lo necesitábamos cuando expresábamos los fragmentos de la sensibilidad futurista mediante la sintaxis tradicional e intelectiva.
La sintaxis era una especie de intérprete o de cicerone monótono. Es necesario suprimir este intermediario para que la literatura entre directamente en el universo y haga cuerpo con él.
Indiscutiblemente, mi obra se distingue netamente de las demás por su tremenda potencia de analogía. Su sorprendente riqueza de imágenes casi iguala su desorden de puntuación lógica. He desembocado en el primer manifiesto futurista, sintesis de un 100 HP lanzado a las más locas velocidades terrestres.
¿Por qué servirse todavía de cuatro ruedas exasperadas que se aburren, desde el momento en que podemos separarnos del suelo? Liberación de las palabras, alas desplegadas de la imaginación, síntesis analógica de la tierra abrazada por una sola mirada concentrada toda entera en palabras esenciales.
Nos gritan: " ¡Vuestra literatura no será bella! " ¡ No lograremos las sinfonías verbales de los armoniosos balanceos y de las cadencias tranquilizantes! Por supuesto. ¡Qué suerte! Nosotros utilizaremos, por el contrario, todos los sonidos brutales, todos los gritos expresivos de la vida violenta que nos rodea. Hagamos valerosamente el "bruto" en literatura y matemos por todos los sitios la solemnidad. ¡Vamos! ¡No adoptéis esos aires de grandes sacerdotes al escucharme! ¡Es necesario escupir cada día sobre el Altar del Arte! ¡Nosotros entramos en los dominios ilimitados de la libre intuición! ¡Después del verso libre, he aquí finalmente las palabras en libertad!
En esto no hay nada de absoluto ni de sistemático. El genio tiene ráfagas impetuosas y torrentes fangosos. A veces impone lentitudes analíticas y explicativas. Nadie puede renovar de un golpe su propia sensibilidad. Las células muertas están mezcladas con las vivas. El arte es una necesidad de destruirse y de esparcirse, inmensa regadera de heroísmo que inunda el mundo. Los microbios–no lo olvidéis–son necesarios para la salud del estómago y del intestino. También existe una especie de microbios necesarios para la vitalidad del arte, prolongación del bosque de nuestras venas, que se despliega fuera del cuerpo en el infinito del espacio y del tiempo.
¡Poetas futuristas! Yo os he enseñado a odiar las bibliotecas y los museos, para prepararos a odiar la inteligencia, despertando en vosotros la divina intuición, don característico de las razas latinas. Mediante la intuición venceremos la hostilidad aparentemente irreductible que separa nuestra carne humana del metal de los motores.
Después del reino animal se inicia el reino mecánico. Con el conocimiento y la amistad de la materia, de la cual los científicos solamente pueden conocer las reacciones físico-químicas, nosotros preparamos la creación del hombre mecánico de partes cambiables. Nosotros lo liberaremos de la idea de la muerte, por lo tanto de la misma muerte, suprema definición de la inteligencia lógica.

La declamación dinámica y sinóptica
Esperando el honor-placer de retornar al frente, nosotros los futuristas renovamos, aceleramos y virilizamos el genio de nuestra raza.
Nuestra actividad crece continuamente. Una gran exposición futurista de Balla en Roma. Una conferencia de Boccioni sobre su pintura futurista en el Instituto de Bellas Artes de Nápoles. El manifiesto de Boccioni como Pintor Meridional. Una conferencia de Boccioni sobre su pintura futurista en Mantua. Una conferencia-declamación sobre palabras en libertad de Marinetti, Cangiullo, Jannelli, Bruno Corra, en el Instituto de Bellas Artes de Nápoles. Las páginas futuristas de Vela Latina, dirigidas por Francesco Cangiullo. 8 veladas futuristas sobre el Arte de los ruidos y del Entonarruidos de Luigi Russolo e Ugo Piatti en casa de Marinetti.
He ofrecido a los hombres políticos la única solución del problema financiero: vender gradual y prudentemente nuestro patrimonio artístico para centuplicar la potencia militar, industrial, comercial y agrícola de Italia y aplastar definitivamente a Austria, nuestro odiado enemigo externo. Ayer, Settimelli, Bruno Corra, Remo Chiti, Francesco Cangiullo, Boccioni y yo incitamos al público florentino a la guerra mediante nuestro teatro sintético violentamente patriótico, antineutral y antigermánico. Hoy quiero liberar el ambiente intelectual de la vieja declamación estática, pacifista y nostálgica y crear una nueva declamación dinámica, sinóptica y guerrera. Mi indiscutible primacía mundial de declamador de versos libres y de palabras en libertad me ha permitido constatar las deficiencias de la declamación como se ha venido entendiendo hasta hoy.
Esta declamación tradicionalista, incluso cuando está sostenida por maravillosos órganos vocales y por los temperamentos más fuertes, se reduce siempre a una inevitable monotonía de altos y bajos, a un ir y venir de gestos que inundan reiteradamente de aburrimiento la mugrienta imbecilidad de los públicos de conferencias.
Durante mucho tiempo me he divertido seduciéndoles y conmoviéndoles, mejor y con mayor seguridad que todos los demás declamadores de Europa, introduciendo en sus obtusos cerebros las imágenes más extravagantes, acariciándoles con refinadísimos espasmos de voz, con blandura y brutalidad aterciopelada, hasta que, domados por mi mirada o alucinados por mi sonrisa, sentían la necesidad femenina de aplaudir lo que no habían entendido y no amaban.
He experimentado suficientemente la feminidad de los locos y la debilidad de su virginidad colectiva al imponer los versos libres futuristas. Los trucos más perfeccionados de la mímica facial y de los gestos servían admirablemente a las primeras formas del lirismo futurista, el cual, resumiendo todas las tendencias simbólicas y decadentes, era en cierto modo la más espasmódica y completa humanización del universo.
Lo que caracteriza al declamador tradicionalista es la inmovilidad de sus piernas, mientras que la agitación excesiva de la parte superior de su cuerpo da la impresión de una marioneta moviéndose en un teatro de títeres de feria, bajo el control invisible de sus titiriteros.
Con el nuevo lirismo futurista, expresión del esplendor geométrico, nuestro yo literario se quema y se destruye en la gran vibración cósmica, de tal forma que el declamador debe también desaparecer, por decirlo así, en la manifestación dinámica y sinóptica de las palabras en libertad.
El declamador futurista debe declamar con sus piernas como con sus brazos. Este deporte lírico obligará a los poetas a ser menos llorosos, más activos y más optimistas.
Las manos del declamador deberán manejar los diferentes instrumentos creadores de ruido. No le veremos más aletear espasmódicamente en los cerebros agitados de los espectadores. No tendremos más esas gesticulaciones de director de orquesta que riman la frase, ni los movimientos del tribuno, más o menos decorativos, ni la languidez de una prostituta sobre el cuerpo de un amante fatigado. Manos que acarician o hacen encajes, manos que suplican, manos de nostalgia o de sentimentalismo: todo eso desaparecerá en la dinámica total del declamador.
Por consiguiente, el declamador futurista deberá: 

1.- Llevar un traje anónimo (si es posible, por la tarde, un smoking), evitando todos los modos de vestir que pudieran suscitar un ambiente especial. Nada de flores en el ojal, ni de guantes.
2.- Deshumanizar completamente la voz, quitándole sistemáticamente todas sus modulaciones y matices.
3.- Deshumanizar completamente su rostro, evitando todas las muecas y todos los guiños.
4.- Metalizar, licuar, vegetalizar, petrificar y electrizar la voz, fundiéndola con la vibraciones mismas de la materia expresadas por las palabras en libertad.
5.- Tener una gesticulación geométrica, dando así a los brazos rigideces punzantes de semáforos y de rayos de faro, para indicar las direcciones de las fuerzas, o de los pistones y de las ruedas, para expresar el dinamismo de las palabras en libertad.
6.- Tener una gesticulación gráfica y tipográfica que cree sintéticamente en el aire cubos, conos, espirales, elipses, etc.
7.- Servirse de un cierto número de instrumentos elementales como martillos, tablillas de madera, bocinas de automóviles, tambores, sierras con campanillas eléctricas, para producir sin fatiga y con precisión las diversas onomatopeyas simples o abstractas y los diversos acordes onomatopéyicos.
Estos diversos instrumentos en ciertas aglomeraciones orquestales de palabras en libertad pueden funcionar orquestalmente, manejado cada uno por su ejecutor particular.
8.- Servirse de otros declamadores iguales o subalternos, mezclando o alternando sus voces con la suya.
9.- Desplazarse por diferentes puntos de la sala, con mayor o menor rapidez, corriendo o caminando lentamente, haciendo que el movimiento de su propio cuerpo colabore con el esparcimiento de las palabras en libertad. Cada parte del poema tendrá asi su luz especial y el público, siguiendo magnetizado la persona del declamador, no experimentará estáticamente su fuerza lírica, sino que contribuirá, dándose vueltas hacia los diferentes puntos de la sala, al dinamismo de la poesía futurista.
10.- Completar la declamación con 2, 3 o 4 pizarras dispuestas en diferentes puntos de la sala, sobre las cuales se deben dibujar rápidamente teoremas, ecuaciones y cuadros sinópticos de valores líricos.
11.- Debe ser un inventor y un creador infatigable durante su declamación: a) decidiendo instintivamente en cada instante el punto en donde el adjetivo-tono y el adjetivo-atmósfera deben ser pronunciados y repetidos. Como en las palabras en libertad no existen indicaciones precisas, sólo debe limitarse a seguir su olfato, preocupándose de alcanzar el máximo de esplendor geométrico y la máxima sensibilidad numérica. Colaborando asi con el autor de las palabras en libertad, lanzando intuitivamente nuevas leyes y creando nuevos horizontes imprevistos en las palabras en libertad que él interpreta.
b) Clarificando y explicando con la frialdad de un ingeniero o de un mecánico las tablas sinópticas y las ecuaciones de valores líricos que forman las zonas de evidencia luminosa, casi geográfica (entre las partes más oscuras y más complejas de las palabras en libertad) y las momentáneas concesiones a la comprensión del lector.
c) Imitando en todo y por todo los motores y sus ritmos (sin preocuparse por su comprensión), declamando las partes más oscuras y más complejas, y especialmente todos los acordes onomatopéyicos.
La 1ª Declamación dinámica y sinóptica tuvo lugar el 29 de marzo de 1914 en el salón permanente de la Exposición Futurista de Roma, Via del Tritone, 125.
Comencé por explicar al público el valor artístico y simbólico de los diferentes instrumentos onomatopéyicos. En la tota, voluminosa caracola, de la cual los niños extraen, soplando, una melopea tragicómica turquesa-oscura, he descubierto una sátira feroz de la mitología y de todas sus sirenas, tritones y conchas marinas, que pueblan el golfo pasatista de Nápoles.
El putipu (ruido naranja), llamado también caccavella o pernacchiatore, es una pequeña caja de estaño o de barro cocido cubierta de cuero, en donde se ha clavado un junco que zumba alegremente si se frota con la mano mojada; es la violenta ironía con que una raza sana y joven corrige y combate todos los venenos nostálgicos del Claro de luna.
El scetavalasse (rumor rosa y verde), que tiene por arco una sirena de madera recubierta de cascabeles y de piezas de estaño, es la parodia genial del violín como expresión de la vida interna, y de la angustia sentimental. Ridiculiza espiritualmente el virtuosismo musical, Paganini, Kubelik, los ángeles tocadores de viola de Benozzo Gozzoli, la música clásica, las salas de los conservatorios, cargadas de tedio y de una negrura deprimente.
El triccabballacche (ruido rojo) es una especie de lira de madera que tiene por cuerdas unas finas y ligeras varillas de madera, terminadas en unos martillos cuadrados, también de madera. Suena como los platillos, abriendo y cerrando las manos alzadas que empuñan los dos montantes. Es la sátira de los cortejos sacerdotales grecorromanos y de los citaristas que adornan la arquitectura tradicionalista.
A continuación declamé dinámicamente: Piedigrotta, maravillosas y conmovedoras palabras en libertad producidas por el genio hilarantísimo y originalísimo de Francesco Cangiullo, gran parolibero futurista, primer escritor de Nápoles y primer humorista de Italia. De vez en cuando, el autor saltaba hacia el piano, alternando conmigo la declamación de sus palabras en libertad. La sala estaba iluminada con pequeñas lámparas rosa que aumentaban el dinamismo del fondo piedigrotesco pintado por Balla. El público acogió con aplausos entusiastas la aparición del cortejo de la tropa enana mencionada anteriormente, erizada de sombreros fantásticos de papel de seda, y que giraba en torno a mí, mientras declamaba.
Muy admirado el vaso multicolor que el pintor Balla llevaba sobre la cabeza. Observamos en una esquina la naturaleza muerta de un torno verde bilioso de tres filósofos partidarios de Croce, sabrosa desentonación funeraria en el ambiente superluminoso de futurismo. Los que creían en un arte alegre, optimista y divinamente irreflexivo arrastraron a los indecisos. El público acompañó con la voz y el gesto el maravilloso estrépito que estallaba de vez en cuando durante mi declamación, la cual resultaba muy evidente y eficaz en su fusión con los instrumentos onomatopéyicos.
La segunda declamación dinámica y sinóptica la hice en Londres el 28 de abril de 1914, en las Doré Galleries.
Declamé dinámica y sinópticamente varios fragmentos de mi Zang tumb tumb (asedio de Adrianápolis). Encima de la mesa, delante de mí, estaban dispuestos un teléfono, unas tablillas y unos pequeños martillos que me permitían imitar las órdenes del general turco y los ruidos del tiroteo y las metralletas.
En tres puntos de la sala estaban preparadas varias pizarras a las cuales yo me acercaba alternativamente, caminando o corriendo, para dibujar de una manera efímera, con tiza, una analogía. Los espectadores, dándose la vuelta continuamente, para seguirme en cada una de mis evoluciones, participaban con todo el cuerpo prendido de emoción en los efectos violentos de la batalla descrita por mis palabras en libertad.
En una sala alejada estaban dispuestos dos grandes tambores, de los cuales el pintor Nevinson, que me asistía, extraía el estruendo del cañón cuando se lo advertía por teléfono.
El interés creciente del público inglés se convirtió en un frenético entusiasmo cuando llegué al máximo dinamismo, alternando el canto búlgaro Sciumi Maritza con el resplandor de mis imágenes y el fragor de las artillerías onomatopéyicas.

La Radia Futurista
El futurismo ha transformado radicalmente la literatura con las palabras en libertad la aeropoesía y el estilo parolibero veloz simultáneo liberado el teatro del aburrimiento mediante ilógicas síntesis sorpresa y dramas de objetos magnificado la plástica con el antirrealismo el dinamismo plástico y la aeropintura creado el esplendor geométrico de una arquitectura dinámica que utiliza sin decoración y líricamente los nuevos materiales de construcción la cinematografía abstracta y la fotografía abstracta El Futurismo en su 2º Congreso nacional ha decidido superar lo siguiente.
Superar el amor por la mujer "con un amor más intenso por la mujer en contra de las desviaciones erótico-sentimentales de muchas vanguardias extranjeras cuyas expresiones artísticas han caído en el fragmentarismo y en el nihilismo".
Superar el patriotismo "con un patriotismo más ferviente transformado así en auténtica religión de la Patria advirtiendo a los semitas que se identifiquen con sus distintas patrias si no quieren desaparecer".
Superar la máquina "con una identificación del hombre con la máquina misma destinada a liberarlo del trabajo muscular y a engrandecer su espíritu".
Superar la arquitectura Sant Ellia "hoy victoriosa con una arquitectura Sant Ellia todavía más explosiva de color lírico y originalidad en sus descubrimientos".
Superar la pintura "con una aeropintura más intensamente vivida y una plástica polimatérica-táctil".
Superar la tierra "con la intuición de los medios imaginados para realizar un viaje a la Luna".
Superar la muerte "con una metalización del cuerpo humano y la purificación del espíritu vital como fuerza mecánica".
Superar la guerra y la revolución "con una guerra y una revolución artístico-literaria decenal o vicenal de bolsillo a modo de indispensables revólveres".
Superar la química "con una química alimenticia perfeccionada con vitaminas y calorías gratis para todos".
Ahora poseemos una televisión de cincuentamil puntos para cada imagen grande en pantalla grande Esperamos el invento del teletactilismo del teleperfume y del telesabor nosotros futuristas perfeccionamos la radiodifusión destinada a centuplicar el genio creador de la raza italiana abolir el antiguo tormento nostálgico de las distancias e imponer por todas partes las palabras en libertad como lógico y natural modo de expresión.
LA RADIA, nombre que nosotros futuristas damos a las grandes manifestaciones de la radio es TODAVIA HOY a) realista b) cerrada en un escenario c) idiotizada por la música que en lugar de desarrollarse en la originalidad y variedad ha alcanzado una repugnante monotonía negra y lánguida d) una imitación excesivamente tímida del teatro sintético futurista y de las palabras en libertad por los escritores de vanguardia.
Alfredo Golsmith de la Radio de Nueva York ha dicho "Marinetti ha inventado el teatro eléctrico. Diversos en la concepción los dos teatros tienen un punto de contacto en el hecho de que para su realización no pueden prescindir de un trabajo de integración, de un esfuerzo de inteligencia por parte de los espectadores. El teatro eléctrico requerirá un esfuerzo de imaginación primero de los autores después de los actores después de los espectadores".
También los teóricos y los actores franceses belgas alemanes de radiodramas vanguardistas (Paul Reboux Theo Freischinann Jacques Rece Alex Surchaap Tristan Bernard F.W. Bischoff Víctor Heinz Fuchs Friedrich Wolf Mendelssohn etc.) elogian e imitan el teatro sintético futurista y las palabras en libertad aunque todos están todavía obsesionados por un realismo puro ya superado.

La Radia no debe ser
1) teatro porque la radio ha asesinado al teatro ya vencido por el cine sonoro.
2) cine porque el cine está agonizando a) por una temática de rancio sentimentalismo b) por un realismo aún envuelto en ciertas síntesis simultáneas c) por infinitas complicaciones técnicas d) por un colaboracionismo banalizante fatídico e) por una luminosidad reflejada inferior a la luminosidad autoemitida de la radiotelevisión.
3) libro porque el libro tiene la culpa de haber dejado miope a la humanidad implica algo pesado estrangulado ahogado fosilizado y congelado (sólo vivirán las grandes tavole parolibere luminosas única poesía que necesita ser vista).
La Radia suprime
1) el espacio o escenario necesario en el teatro incluyendo el teatro sintético futurista (acción que se desarrolla en un escenario fijo y estable) y en el cine (acciones que se desarrollan en escenas rapidísimas variabilísimas simultáneas y siempre realistas).
2) el tiempo.
3) la unidad de acción.
4) el personaje teatral.
5) el público entendido como masa juez autoelegido sistemáticamente hostil y servil siempre misoneísta siempre retrógrado.
La Radia será
1) Libertad desde cada punto de contacto con la tradición literaria y artística Cualquier tentativa de relacionar la Radia con la tradición es grotesca.
2) Un arte nuevo que empieza donde acaban el teatro el cine y la narración.
3) Magnificación del espacio No más visible ni enmarcable la escena se convierte en universal y cósmica.
4) Recepción amplificación y transfiguración de vibraciones emitidas por seres vivos por espíritus vivos o muertos dramas de estados de ánimo ruidosos sin palabras.
5) Recepción amplificación y transfiguración de vibraciones emitidas por la materia Como hoy escuchamos el canto del bosque y del mar mañana seremos seducidos por las vibraciones de un diamante o de una flor.
6) Puro organismo de sensaciones radiofónicas.
7) Un arte sin tiempo ni espacio sin ayer ni mañana La posibilidad de sintonizar estaciones emisoras situadas en diversas frecuencias horarias y la pérdida de la luz destruirá las horas el día y la noche La recepción y la amplificación destruirán el tiempo con las válvulas termodinámicas de la luz y de las voces del pasado.
8) Síntesis de infinitas acciones simultáneas.
9) Arte humano universal y cósmico como voz con una verdadera psicología-espiritualidad de los ruidos de las voces y del silencio.
10) Vida característica de cada ruido e infinita variedad de concreto-abstracto y de real-soñado mediante un pueblo de ruidos.
11) Lucha de ruidos y de diversas distancias esto es un drama espacial unido al drama temporal.
12) Palabras en libertad La palabra se ha ido desarrollando gradualmente como colaboradora de la mímica y del gesto.
Es necesario que la palabra se recargue de toda su potencia esencial y totalitaria que en la teoría futurista se llama palabraatmósfera Las palabras en libertad hijas de la estética de la máquina contienen una orquesta de ruidos y de acordes ruidosos (realistas y abstractos) que sólo pueden ayudar a la palabra coloreada y plástica en la representación fulgurante de lo que no se ve Si no desea recurrir a las palabras en libertad el radiasta debe expresarse en ese estilo parolibero (derivado de nuestras palabras en libertad) que ya circula en las novelas vanguardistas y en los periódicos ese estilo parolibero típicamente veloz destelleante sintético simultáneo.
13) Palabra aislada repeticiones de verbos en infinitivo.
14) Arte esencial
15) Música gastronómica amorosa gimnástica etc.
16) Utilización de ruidos de sonidos de acordes de armonías simultaneidad musicales o ruidosas de silencios todos con sus graduaciones de dureza de crescendo y de decrescendo que se convertirán en los extraños pinceles para pintar delimitar y colorear la oscuridad infinita de la Radia dando cubicidad redondez esférica en definitiva geometría.
17) Utilización de las interferencias entre las emisoras y del nacimiento y de la evanescencia de los sonidos.
18) Delimitación y construcción geométrica del silencio.
19) Utilización de las distintas resonancias de una voz o de un sonido para dar el sentido de la amplitud del local dónde la voz se expresa.
Caracterización de la atmósfera silenciosa o semisilenciosa que envuelve y colorea una determinada voz sonido ruido.
20) Eliminación del concepto o fascinación del público que ha padecido una influencia deformante y perniciosa por el libro. 

La guerra, la única Higiene
Futuristas, que durante más de dos años, despreciados por el Cojo y Paralizado, han glorificado el amor de peligro y violencia, hemos elogiado el patriotismo y la guerra, la higiene del mundo, estamos felices finalmente de experimentar esta gran hora Futurista de Italia, mientras la tribu asquerosa de grupos de pacifistas que mueren en los sótanos profundos del palacio ridículo en La Haya.
Recientemente hemos tenido el placer de luchar en las calles con los adversarios más fervientes de la guerra, y gritar en sus caras nuestras creencias firmes:
1. Deberían dar a todos los derechos al individuo y la colectividad, ahorrar él de ser cobardemente.
2. Dejarle ser proclamado que la palabra Italia debería prevalecer sobre la palabra Libertad.
3. Dejar a la memoria pesada de grandeza romana siendo cancelada por una grandeza italiana cien veces mayores.
Para nosotros hoy, Italia tiene la forma y el poder de un tanque de Acorazado fino con su escuadrilla de torpedero de las islas. Orgulloso de sentir que el fervor matrimonial en todas partes de la Nación es igual al nuestro, impulsamos el gobierno italiano, el Futurista por fin, ampliar todas las ambiciones nacionales, desdeñando las acusaciones estúpidas de piratería, y proclamamos el nacimiento de Panitalianismo.
¡Poetas futuristas, pintores, escultores, y los músicos de Italia! ¡Mientras la guerra dure nos van dejando a su lado nuestro verso, nuestros cepillos, scapels, y orquestas! ¡Las vacaciones rojas de genio han comenzado! No hay nada para nosotros que admirar hoy, salvo las sinfonías terribles de las metrallas y las esculturas locas que nuestra artillería inspirada moldea entre las masas del enemigo.

Programa político futurista
En el n.20 del 15 de octubre de 1913, "Lacerba" publicó " programa político futurista ", seguido de una carta del neófito futurista Papini.
El manifiesto político está dirigido a los votantes futuristas en vista de las elecciones el 26 de octubre de 1913, el primer sufragio universal masculino, se les invitaba a votar en contra de las listas clerico-moderada-liberal de Giovanni Giolitti y del católico Vincenzo Ottorino Gentiloni y contra el programa demócrata - Republicano-Socialista.
Manifiesto político futurista
"Italia soberana absoluta. - La palabra ITALIA debe dominar sobre la palabra libertad». Toda libertad, salvo la de ser piadoso, pacifista, anti-italiano.
Una flota más grande y un mayor ejército, un pueblo orgulloso de ser italiano, en favor de la guerra única higiene del mundo y por la grandeza de una Italia intensamente agrícola, industrial y comercial.
Defensa económica y educación patriótica del proletariado.
La política exterior cínica, inteligente y agresiva. -- Expansionismo colonial. -- Liberismo. -- Irredentismo. -- Panitalianismo. -- Primacía de Italia.
Anticlericalismo y antisocialismo.
Culto de la velocidad y el progreso, el deporte, la fuerza física, del coraje temerario, del heroísmo y el peligro, contra la obsesión de la cultura, la enseñanza clásica de museo, biblioteca y las ruinas. -- Eliminación de las academias y los conservatorios.
Muchas escuelas prácticas de comercio, industria y agricultura. -- Muchos institutos de educación física - gimnasia diaria en las escuelas. -- PREDOMINIO de gimnasia en el libro.
Un mínimo de profesores, muy pocos los abogados, muchos agricultores, ingenieros, químicos, mecánicos y productores de negocios.
Desautorización de los muertos, los viejos y oportunistas, en beneficio de jóvenes atrevidos.
Contra la monumentonomía y contra la injerencia del Gobierno en materia de arte.
Modernización violenta de ciudades pasatistas (Roma, Venecia, Florencia, etc.)
La abolición de la industria extranjera, humillante e incierta”. 

MANIFESTO DEL PARTIDO FUTURISTA ITALIANO
1. El partido político futurista que fundamos hoy quiere una Italia libre fuerte, que ya no esté sujeta a su gran pasado, a un extranjero demasiado amado y tolerando sacerdotes: una Italia fuera de tutela, absolutamente amante de todas sus energías y dirigidas hacia su gran futuro.
2. Italia, la única soberana. El nacionalismo revolucionario por la libertad, el bienestar, la mejora física e intelectual, la fuerza, el progreso, la grandeza y el orgullo de todo el pueblo italiano.
3. Educación patriótica del proletariado. Lucha contra el analfabetismo. Viabilidad. La construcción de nuevas carreteras y vías férreas. Escuela primaria laica obligatoria con sanciones penales. La abolición de muchas Universidades innecesarias con enseñanza clásica. Enseñanza obligatoria de oficios técnicos. Gimnasia obligatoria con sanciones penales. Educación deportiva y militar al aire libre, escuelas de coraje e Italianidad.
4. Transformación del Parlamento a través de una igual participación de industriales, agricultores, ingenieros y comerciantes al Gobierno del país. La edad mínima para la diputación se reducirá a 22 años. Un mínimo de diputados abogados (siempre oportunistas) y un mínimo de los diputados profesores (siempre retrógrados). Un parlamento removido. La abolición del Senado. Si este Parlamento racional y práctico no da buenos resultados, se abolirá para llegar a un gobierno técnico sin parlamento, un gobierno compuesto por 20 técnicos elegidos por sufragio universal. Remplazaremos el Senado con una Asamblea de control compuesto por 20 jóvenes de no más de treinta elegidos mediante sufragio universal. En lugar de un parlamento de oradores incompetentes y conducto de inválidos, moderado por un Senado moribundo, vamos a tener un gobierno de 20 técnicos entusiasmados por una asamblea de jóvenes de no mas de de treinta.
Igualdad de participación de todos los ciudadanos italianos al Gobierno. Sufragio universal igual para todos los ciudadanos hombres y mujeres. Escrutinio de las listas. Representación proporcional.
5. Reemplácese el actual anticlericalismo retórico y quietista a un anticlericalismo de acción, violento y preciso, para borrar a Italia y Roma de su teocracia medieval que pueda elegir un buen terreno donde morir lentamente.
Nuestro anticlericalismo intransigente e integral, es la base de nuestro programa político, no admite términos inequívocos o transacciones, es evidente que exige la expulsión. Nuestro anticlericalismo quiere liberar a Italia de las iglesias, los sacerdotes, frailes, monjas, de la Virgen, velas y campanas.
La única religión, es la Italia de mañana. Para ella estamos luchando y tal vez morimos sin las formas de gobierno necesariamente destinadas a la intención de seguir la medieval teocracia religiosa en su fatal caída.
6. Abolición del matrimonio. Divorcio fácil. La devaluación gradual del matrimonio por el gradual advenimiento de amor libre y del hijo del Estado.
7. Mantener el ejército y la marina en eficiencia hasta el desmembramiento del Imperio Austro-Húngaro. A continuación, la disminución al mínimo, preparación en su lugar de numerosas fotografías de funcionarios con instrucciones rápidas. Ejemplo: doscientos mil hombres con sesenta mil oficiales, cuyas instrucciones se pueden dividir en cuatro cursos trimestrales cada año. Educación militar y deportiva en las escuelas. Preparación de una completa movilización industrial (armas y municiones) para ser transportados en caso de guerra al mismo tiempo que la movilización militar. Todo listo, con el menor gasto, para una posible guerra o una revolución posible.
Debemos llevar nuestra guerra a su victoria total, a saber, la disolución del Imperio Austro-Húngaro, y la seguridad de nuestras fronteras naturales de tierra y mar, sin la cual no podremos tener las manos libres para limpiar, pulir, renovar y agrandar Italia.
Abolir el patriotismo conmemorativo, la monumentomanía y cualquier interferencia pasatista del Estado en el arte.
8. Preparación de la futura socialización de la tierra con un gran patrimonio a través de la propiedad de Pie de Obras, Empresas Públicas y la expropiación de todas las tierras baldías y mal cultivadas. Enérgica tasación de bienes hereditarios y limitación de grados sucesores. Sistema fiscal basado en impuestos directos y progresivos con la prueba plena. Libertad de huelga, de reunión, de organización, de prensa. Transformación y depuración de la Policía. Abolición de la policía política. Abolición del a intervención militar para restablecer el orden.
Justicia gratuita y magistrado electivo. El salario mínimo alto en relación con las necesidades de existencia. Máximo de 8 horas de trabajo. Paridad de igualdad en el empleo de las mujeres con el empleo masculino. Lectura justa en el contrato de trabajo individual y colectivo. Transformación de la Caridad en la asistencia y seguridad social. Pensiones a trabajadores.
La incautación de las dos terceras partes de todas las sustancias suministradas para la guerra.
9. Constitución de un patrimonio agrícola de los combatientes. Tenemos que comprar una cantidad determinada de la propiedad de tierra de Italia pagándola a precios que se fijarán con criterios especiales, y darla, con la necesaria cautela y reserva para los combatientes o, en el caso de pérdida, a las familias sobrevivientes.
Al pago de la tierra así comprados debe proporcionarlo la nación entera, sin distinción de clase, pero con distinción progresiva de la situación financiera, con donaciones voluntarias e impuestos.
El pago de los terrenos necesarios podría derrumbarse dentro de cincuenta años de despojo, por lo que la contribución de la Nación, en forma de donaciones o impuestos, sería mínima. Rientrino, en su caso, en el patrimonio agrícola de los combatientes, las tierras son expropiadas por deudas fiscales.
Todos los trabajadores manuales que han servido en las zonas de operaciones militares serían inscritos para la atención del Estado en la "Casa Nacional de seguridad para la discapacidad y la vejez de los trabajadores", con efecto a partir del primer día de su efectivo servicio. El Estado deberá pagar las contribuciones anuales durante toda la guerra. La inscripción de los militares combatientes a la "Casa Nacional" será de oficio, se colocará por parte del Estado a lo largo del período correspondiente al servicio militar, y producirá una continua retribución a cargo de los interesados durante el resto de sus vidas.
La indemnización conjunta a la concesión de medallas militares al valor será triplicada. -- El límite de edad estipulado en los cursos se hará extensivo para los veteranos en la zona de operaciones de un tiempo equivalente a la duración de la guerra. -- Para los veteranos de la zona de operaciones, cuando se le da un uso público, se subsume el servicio militar y la campaña para los efectos de antigüedad y de pensión, otorgándolo el estado, en su caso, a los pagos al fondo de pensiones durante el tiempo pasado por los militares bajo la armada .- Diez años después de la guerra, las administraciones deben cambiar los concursos libre por concursos reservados exclusivamente para los veteranos en la zona de operaciones y para mutilados de guerra físicamente capaz de servicio requerido.
10. La industrialización y la modernización de las ciudades muertas que aún viven de su pasado. La devaluación de la peligrosa e incierto industria extranjera.
Desarrollo de la marina mercante y la navegación fluvial. Alcantarillado de aguas y la regeneración de la tierra maltrecha. Puesta en valor de todas las fuerzas y las riquezas del país. Frenar la emigración. Nacionalizar y utilizar todas las aguas y todas las minas. Conceder explotación de organismos públicos locales. Los subsidios a la industria y a las cooperativas agricultoras. Protección de los Consumidores.
11. Reforma radical de la Burocracia convertida en un fin en sí mismo y en estado dentro del Estado. El desarrollo de la autonomía regional y municipal. La descentralización regional de las atribuciones administrativas y poderes de control. Para realizar cada administración ágil y práctica, la disminución en dos tercios los empleados duplicando los sueldos de los jefes de servicio y las tareas difíciles, pero no concursos teóricos. Dar a los Jefes de servicio la responsabilidad directa y la consiguiente obligación de reducir y simplificar todo. Abolir la inmunda antigüedad, en todas las administraciones, en el servicio diplomático y en todas las ramas de la
vida nacional. Premiación directa del ingenio práctico y simplificador en las invenciones. La devaluación de los títulos académicos e incremento de las iniciativas comerciales e industriales. Principio electivo de los mayores cargos. Organización simplificada para lo industrial en la rama ejecutiva.
El partido político futurista que fundamos hoy, y organizaremos tras la guerra, será claramente distinto del movimiento artístico futurista. Esto continuará en su labor de ensanchamiento y fortalecimiento del genio creativo italiano. El movimiento artístico futurista, vanguardia italiana de la sensibilidad artística, esta necesariamente siempre en antelación a la lentitud con la sensibilidad del pueblo. Por lo tanto, es una vanguardia a menudo mal entendida y con frecuencia se opone a la mayoría que no puede entender sus drogas, la brutalidad de sus expresiones polémicas y audaces saltos de sus intuiciones.
El partido político futurista en su lugar percibe las necesidades actuales e interpreta exactamente la conciencia de toda la raza en su higiénico estado revolucionario. Pueden unirse al partido político futurista todos los italianos, los hombres y mujeres de cada clase y cada edad, aunque se niegue cualquier noción artística y literaria.
Este programa político marca el nacimiento del partido político futurista invocada por todos los italianos que están luchando hoy por una joven Italia liberada del peso del pasado y del extranjero.
Apoyará este programa político con violencia y coraje futurista que hasta ahora han caracterizado a nuestra circulación en teatros y plazas. Todo el mundo sabe en Italia y en el extranjero lo que queremos decir por la violencia y el coraje.

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